EL ARTE DE REGALAR

EL ARTE DE REGALAR

Todos regalamos. Esto es una máxima indiscutible. Lo hacemos durante toda nuestra vida. En numerosas y variadas ocasiones y para multitud de personas con las que nos relacionamos.

Regalar, comprar algo para alguien en algún momento, es una cosa. Regalar bien, acertando, es otra bien distinta.

Y si a acertar, le sumamos el hecho de gastarnos el dinero justo y necesario y no perder mucho tiempo en la operación… la cosa se convierte en un arte bien difícil de dominar.

¿Qué significa regalar?

“Dar a alguien, sin recibir nada a cambio, algo en muestra de afecto o consideración o por otro motivo”.

La RAE define así en su primera acepción regalar

Dar a alguien. Sin duda es la parte más elemental de regalar, pero la que más enjundia esconde. Este simple gesto de entregar el regalo, conecta con profundos comportamientos sociales del ser humano.

Sin recibir nada a cambio. Se entiende que regalar lleva implícito no esperar otro regalo o compensación de vuelta. No obstante, en algunas ocasiones como aniversarios, San Valentín, etc… un regalo de vuelta siempre será bien recibido. Además, si nos apartamos de la concepción física de la expresión, a cambio de un regalo obtenemos muchas cosas en planos más profundos: afecto, sorpresa, admiración, agradecimiento, cariño, amor… Regalar no es ninguna tontería.

Algo en muestra de afecto o consideración. Aquí es donde va toda la carga emocional del asunto y donde los regalos para los eventos más señalados y las personas más importantes cobran una verdadera importancia.

El origen de regalar. Algo de Historia.

Regalar proviene del verbo francés régaler que significa “agasajar” y deriva de galer que es “divertirse, festejar”.

La esencia del arte de regalar es bien antigua. De hecho, no parece que esté claro cuál fue el primer regalo de la historia. No está documentado aparentemente el verdadero origen de la tradición de regalar. Sabemos que romanos y griegos lo empleaban en sus ceremonias y rituales tanto de carácter social como religioso.


El origen de los regalos. Historia de los regalos. Los regalos en la epoca romana.

Si mantenemos la tesis de que regalar -como instrumento social- es algo que está ligado a la esencia del ser humano, no creo que nos equivoquemos mucho si asumimos que ya nuestros primeros ancestros utilizaban este mecanismo para agradar o buscar afecto entre sus congéneres.

Imaginar a los primeros homo sapiens hace más de 2,8 millones de años, intercambiándose herramientas rudimentarias o pieles de animales para estrechar vínculos sociales y fortalecer las uniones de sus asentamientos, no parece para nada algo descabellado.

Y no nos vamos a poner muy filosóficos, pero, podríamos afirmar, que este acto alberga en su esencia un comportamiento social que existe desde que el hombre es hombre y se relaciona con otros.

La psicología detrás de los regalos

Regalar es una herramienta social tremendamente potente. Lo consideramos algo cotidiano y por este motivo podemos no darnos cuenta de su importancia. La realidad es que las dinámicas emocionales envueltas en este acto no son cosa menor.

El ciclo del regalo

Fue el antropólogo y sociólogo francés Marcel Mauss, quien, en su obra más célebre publicada en 1924, “Ensayo sobre el don”, trataba por primera vez en profundidad, el proceso que encierra el regalo.




Desde un punto de vista psicológico, numerosos estudios demuestran que los vínculos afectivos entre regalador y regalado cambian. Estos vínculos mejoran si la experiencia ha sido buena y al contrario si el regalo es un fracaso. (Cindy Chan, Cassie Mogilner, Oxford University – Journal of Consumer Research)

Cómo regalamos

Un regalo es mucho más que el objeto en sí mismo. Otro estudio de la universidad de Southampton (Aiden Gregg) concluye que, personas con tendencias narcisistas, compran regalos que les distingan y les hagan quedar bien delante de todos, independientemente de los gustos del regalado. Hasta este punto puede llegar la psique del regalo.

Por eso y, así se desprende del trabajo de Chan y Mogilner, en términos generales, “… los regaladores son pésimos adivinando lo que al regalado le va a gustar”. Erramos muchas veces regalando porque anteponemos nuestros gustos, creencias o sesgos antes que los de la persona a quien regalamos.

«…los regaladores son pésimos adivinando lo que al regalado le va a gustar.»

Cindy Chan y Cassie Mogilner

En esta línea, estos autores descubrieron en sus experimentos sociológicos, que los regalos de experiencias tenían un impacto mayor en la emoción del regalado: ayudaban en mayor medida a mejorar las relaciones interpersonales; no así los regalos materiales.

¿Hacer regalos es mejor que recibirlos?




Sin duda se generan más dinámicas psicológicas en el regalador. De la persona que regala depende, en gran medida, la mejora de la relación interpersonal regalador-regalado.

Podríamos resumir de forma simple todo lo anterior diciendo que: regalar es importante, pero no sabemos hacerlo.

¿Qué hay que hacer para regalar bien?

Para convertirse en un buen regalador hay algunas claves que nos pueden servir, pero la principal de todas ellas es: pensar en el regalado. Parece obvio, pero éste es sin duda el mayor fallo a la hora de comprar un regalo. Muchas veces y de forma inconsciente, superponemos nuestros gustos a la hora de tomar la decisión de qué comprar.

Dependerá de la cercanía a la persona, claro, pero básicos como preguntarse: ¿Qué le gusta? ¿Cómo es? ¿Qué aficiones tiene? Estas preguntas, sin duda, pueden ayudar a centrar el tiro.

Ocurre que no siempre conocemos lo suficiente a la persona, por ejemplo, en regalos por compromiso, donde aún se puede hacer más evidente el fallo en el regalo.

Técnicas de un buen regalador

Analizar qué cosas han triunfado en ocasiones anteriores para personas similares. Esto no es fácil, ya que cada ocasión es diferente, pero puede allanar el camino y ayudar a coger ideas de regalos cuando uno está un poco perdido.

Consultar a personas cercanas, aunque no siempre es posible, es una buena idea también. Pueden orientarnos para ser más certeros.

Rastrear internet y buscar cuantas más opciones mejor. Esto consume mucho tiempo, pero ampliarán tus posibilidades de éxito.

No nos engañemos, no es tarea fácil. Por fortuna, en Love in a Box tenemos  miles de opciones interesantes que te ayudan a convertirte en un buen regalador sin apenas esfuerzo. Ahorrarás muchísimo tiempo (y dinero), ¡Tus probabilidades de éxito aumentarán notablemente! 

Ningún arte se ha llegado a dominar sin un poco de ayuda.

¡Que regales bien!

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